martes, 8 de marzo de 2016

Escalada meteórica


Durante este alba, puedes ver brillar el horizonte, ese que juraste rozar de adolescente y que alcancé al conocerte. Mientras dure su luz, tu mirada perdida en las profundidades relucirá dorada como despiertan los sueños de los durmientes con la salida de este sol efímero que ahora más que astro rey, parece tímido gobernante. Durante este lapsus estelar en el que mi estrella más inmortal sale a navegar tras un coma profundo, emplearé todas mis armas para observarte. A ti, al secreto de mi estupefacción. Como una isla repleta de dragones que con su lava, han creado todo un archipiélago donde anidar. Como un huracán que con su ráfaga despega de ciudad en ciudad con complejo de Ryanair. En lo que dura tu trayecto espacial, grabaré el oleaje de tus pulmones y la marea silbante de tus labios, sin miedo a convertirme en un balbuciente titilante cuando este amanecer deje de tenerte como público. Mientras las sombras de tu inconsciente continúen de escapada, mientras, detonaré toda la dinamita para confesarte que tu piel canela es un desierto lleno de curvas arenosas y tu lengua rugosa, el oasis delirante que me da de beber. Durante este vuelo celeste, en el que el sol gana fuerza y yo pierdo fuelle, susurraré mi efervescente mensaje. Tu sonrisa corrosiva es la culpable de este estallido atómico en mi ser anatómico, por culpa de tu apariencia de ángel extraviado nacen en mí todos los demonios malintencionados.