domingo, 13 de marzo de 2016

El sujeto contra el que acometo

¿Puedes escuchar el anuncio de una muerte que en silencio sentencio?
Como un ángel que con sus alas te toca, así es la muerte, te apoca.
Entre tumba y tumba yace su imperio que bajo tierra retumba.
Bajo un manto de estrellas siento el pesar de sus huellas, mermando con su beso todas mis querellas.
¿Puedes escuchar su canto que te acuna entre luna y luna?
¿Puedes escuchar mi llanto a través de este camposanto?
Si arrastrarte consigo es su decreto ¡No quiero ser testigo de su secreto!
Si en el cautiverio de este cementerio he de perderte ¡No pienso seguir siendo fuerte!
Bajo esta bóveda celeste que me abriga, aún perdura la amargura.
Bajo este desconsuelo que me hostiga, la parca ríe. Navega contigo en su barca a la deriva.
Maldita sea mi suerte incapaz de retenerte y maldita esta laguna de sepultura carente de cordura.
Maldita sea tu lápida,  invadida por tu cuerpo sin vida y maldita tu muerte que con su pesar, me tortura hasta la desventura.

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